Odio los días como hoy. Bueno, más bien como ayer pero como ayer no tenía ganas ni de postear voy a hacer como que hoy es ayer, y me lamentaré y mentaré madres como lo hubiera hecho ayer.
Odio los cambios de humor abruptos. Ya venía yo viendo que hoy no iba a ser un día fácil, pero esperaba equivocarme. Pa empezar me tuve que despertar a las 6.30 AM, lo que desde mis días de universitaria -ja, hace 6 meses- no hacía. Días que, ayer reiteré, afortunadamente terminaron y espero nunca regresen.
Tuve que parar en un Starbucks, que aborresco, pero aborresco más saltarme el café de la mañana así que por esta vez cedí. Llegué a las 7.30 a Pedregal a que un poli me viera, y me siguiera viendo y no hiciera nada... hasta que le dije "me abre o que??" No así, claro, soy una mariquita pero algo parecido. Ya entré, ahí empecé a irritarme pero se me olvidó en cuanto empecé el maldito examen de 4 horas que me hizo sufrir como nada. Era na más un diagnóstico, pero igual me preocupaba no terminar las malditas secciones en los escasos 30 minutos que te dan, que al principio parecen un chingo pero no son. nada.
Salí, 4 horas después, y a pesar de todos los pronósticos, mi humor todavía era bastante estable. Creo que no me fue tan mal como yo pensaba... igual y hasta se me hace que me acepten para la maestría, pero no me voy a adelantar, falta mucho para eso.
Total, llegué a trabajar, todo bien, todo bien y derepente pras! me atacó, así, derepente... el maldito mal humor que conforme fue avanzando el día, los plantones -no de la APPO, ni de los 400 Pueblos, no...- para ir a comer, las juntas con los jefes, etc. se fue convirtiendo en tristeza.
Y esa es la parte que más odio, por qué el enojo se convierte en tristeza a veces?? y luego empiezo a mortificarme, a pensar todas las cosas que no me gustan, que quisiera cambiarme, las pendejadas que hago y he hecho... purita tortura! Lo peor lo peor es que pasa seguido...
Lo bueno es que ayer fue ayer y hoy ha sido un poco mejor...